Gracias por no abandonarme ni en mis peores momentos

Nunca me abandonas

Señor, quiero comenzar diciéndote… ¡GRACIAS!
Gracias porque nunca me abandonaste, siempre estuviste, estás y estarás ahí, conmigo.

Ignorante de mí, llegué a pensar que me habías abandonado a mi propia suerte, justo ahora en estos momentos que más te necesito. No veía tu mano protectora entre estas incertidumbres tan grandes que estoy pasando. Pero a pesar de todo, has estado cubriendo mi espaldas, me has rodeado de amor y de bellos seres, que en la distancia y en la cercanía, me acompañan en mi transitar.

Gracias por todo lo que me has dado hasta ahora, por lo que aún no se ha perdido y por aquello que se mantiene firme. Gracias por todo lo que aún me queda, aquello que cuando siento que lo puedo estar perdiendo, me recuerda la gracia que es tenerlo aún.

Gracias por la vida, y por el simple hecho de poder estar hablándote ahora. Y perdona todo lo malo, que bien sabes que a veces hago cosas sin voluntad, y otras veces de forma premeditada. Cúbreme con tu Santo Espíritu, y dame fuerzas para el enfrentar el fenómeno de los cambios que se producen día a día, porque a esos siempre estamos expuestos.

Cuida a los que amo y socorre a los que realmente te necesitan.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén

© Shoshan

Gracias Señor por no abandonarme ni siquiera ahora en mis peores momentos

Gracias Señor mi Dios,
porque por muy mal que esté,
por mucho abandono que sienta,
por oscura e incierta la noche…
Yo sé que tú estás aquí,
conmigo, cuidándome.

© Shoshan