Oración por los hermanos

Siempre recordemos en oración, a nuestros hermanos y hermanas… nuestra familia.

Padre nuestro, símbolo eterno de la unidad:

He de tener siempre presente, en mis constantes diálogos que sostengo contigo, el pedido y la intercesión por los que son de mi sangre, aquellos con quienes comparto lazos fraternales: mis hermanos.

Pueden sobrevenir muchas cosas entre nosotros los hermanos: Podemos incluso llegar a estar en constantes desacuerdos, con diferencias y palabras fuera de lugar… pero el amor que nos tenemos como hermanos, es inagotable; y pues pase lo que pase, la familia está primero, antes que los caprichos personales.

Por eso, cada noche al acostarme, o cada mañana antes de comenzar mi rutina, siempre he de tenerles en mis pensamientos, pidiendo por ellos ante ti para que nada malo pueda sobrevenirles. Sean para ellos todas mis buenas intenciones y mis buenos deseos de que puedan llevar de manera exitosa todas las actividades que realizan. Y que cuando se pueda dar el momento, nos reunamos para poder empaparnos de la gracia de sentir el calor de familia, el amor que de por sí nace de forma natural en nuestros corazones, reflejo fiel de lo mucho que nos apreciamos.

Cuida de sus pasos en todo lo que hagan, que todo lo que logren sea para gloria tuya y para beneficio de ellos. Permíteme pedirte también, que tu manto sagrado de protección no deje de cubrirlos a ellos. Y si por algún azar o dura lección que nos quieras dar los llegara a perder, o ellos tal vez a mí, haznos notar que sólo nos estaremos preparando para el reencuentro en el más allá, después de haber cumplido con los objetivos que hoy en vida, aún, tenemos.

Todo sea por voluntad tuya y aceptación nuestra…
¡Bendice a mis hermanos!

Amén.

© Autor: Shoshan

Querido Dios, da igual que en ocasiones pueda discutir y pelearme con mis hermanos… yo quiero que tú les bendigas, ¡les quiero! Ayúdales en todo. Amén.

Oración por y para nuestros hermanos.

Que Dios les bendiga, oración cristiana por los hermanos de sangre, personas que Dios ha puesto a nuestro lado en la misma familia. Puede la vida llevarnos lejos el uno del otro, a tener diferencias, y pensamientos divergentes… pero el amor fraternal que hay de un hermano o hermana, nunca termina, siempre perdura. Que Dios les proteja y ayude en todo lo que hagan.